Somos lo que vivimos y vivimos lo que somos. Hanukeii es algo difícil de explicar pero fácil de entender si lo sientes. Es una sensación indescriptible, que te hace suspirar en ese momento exacto, en el que por fin eres consciente de que tus preocupaciones han quedado atrás y empiezas a sentirte feliz disfrutando de un buen momento.

¿Recuerdas esa emoción que tienes cada vez que experimentas algo por primera vez?

Cómo cuando después de un largo viaje, bajas la ventanilla del coche y dejas entrar el aire en el, te apoyas sobre el borde de la ventanilla y empiezas a percibir el olor a sal, ese olor a mar que nos llena de alegría y de ilusión. Es el mar dándote la bienvenida, anunciándote que estas cada vez mas cerca de llegar a su encuentro.

O ese momento único, en el que te acercas a la orilla de la playa, te quedas descalzo y sientes cómo la arena blanda, que empieza a cubrir tus pies, se resbala entre tus dedos cada vez que viene el mar va a por ella, limpiando tus pies una y otra vez, para que estés más liviano , y te des cuenta que tu cotidianidad estará , por ahora, en pausa.

Es esa sensación que te da la brisa del mar, que moviéndose entre las hojas de las palmas, va peinando tu pelo, creando a su paso nuevos trazos en él, y que a su vez va acariciando tu cara, animándote a sumergirte en el agua y experimentar la vida, que es un preciso instante, eso es Hanukeii.

Hanukeii es tranquilidad

Hanukeii es el color naranja del atardecer reflejado sobre un mar en calma. Es, también, la paz que sientes al mirarlo desde la playa.

Hanukeii es el silencio alterado por las olas rompiendo a tu lado.

Hanukeii es la esencia del “dolce far niente”, es el placer de no hacer nada. Es observar cómo el sol, desplazándose despacio, alcanza su punto más alto en el cielo, y cómo después, de la misma forma en que ha subido, vuelve a bajar.

Cuando la simpleza se convierte en algo perfecto, cuando la prisa, los excesos y la tensión parecen pertenecer a una realidad paralela. Eso es Hanukeii.

Es el paseo de vuelta a casa por la noche, intuyendo el mar al fondo discretamente iluminado por la luna. Hanukeii es la sensación de despertarse sabiendo que hay tiempo. Para desayunar, para correr por la orilla, para dormir un poco más.

Es la siesta en la playa bajo la sombrilla después de salir del agua, es la línea blanca del bikini al lado del moreno de la piel; Hanukeii es las charlas sinceras, agradables y sosegadas de la tarde.

Hanukeii es, al fin y al cabo, lo que más se busca: Hanukeii es un momento de tranquilidad.

Hanukeii est la rupture avec la routine.

C’est ce moment où l’asphalte devient sable, les voitures deviennent bateaux, le sac devient planche de surf et les talons deviennent sandales.

C'est le moment avant de monter dans l'avion, c'est le voyage en train, c'est regarder la route à travers la vitre de la voiture pendant qu'on imagine le moment de voir la mer, un peu floue par la distance, à l'horizon. C'est la sensation d'émotion quand on sait qu'il ne reste plus grand-chose à arriver. Ce sont des cheveux qui se dressent à cause de l'humidité. C'est une réalité lorsqu'elle dépasse les attentes.

Hanukeii est le temps qui disparaît. Ce sont les heures qui s'évaporent et la montre oubliée dans un tiroir. Hanukeii, c'est avoir tout le temps du monde, c'est être propriétaire de chaque minute, de chaque instant et il en profite dans un environnement calme.

Il ne s'agit pas de vouloir que la journée se termine, de faire mille projets, peu importe l'heure à laquelle on se couche. Hanukeii est incapable de dormir pour voir le lever du soleil.

Hanukeii, c'est aussi le souvenir doux-amer de la plage, du soleil et du sable qui continue d'apparaître de temps en temps entre les chaussures, même quelques semaines après le retour à la maison.